¿Vas a realizar alguna charla y no sabes por donde empezar? Con estos consejos te ayudaré a que tu exposición sea inolvidable.
Hace un tiempo, decidí incluir las charlas como estrategia de marketing. Me gusta el contacto con la gente y quería dar a conocer mis servicios, por lo que me pareció muy interesante poner en marcha estas presentaciones. Me encontraba como tú, un poco perdida al principio, pero me marqué una hoja de ruta y todo fue sobre ruedas. ¿Quieres qué te cuente como empecé?
1. Piensa en los lugares donde quieres impartirla.
¿Tus charlas se corresponden a alguna estrategia? Mi objetivo con las charlas era trabajar mi imagen de marca y ofrecer soluciones ante posibles necesidades, con mis servicios. Aunque trabajo desde casa y me interesa hacerlo para cualquier parte del mundo, decidí empezar por una área geográfica y posteriormente aumentar mi expansión.
Estudié la competencia en mis zonas más próximas y dentro de mis servicios encontré algunos que no se habían explotado. No tenía competencia, por lo que escogí esas temáticas para crear mis charlas y ponencias y aproximarme a mis clientes potenciales.
Mi consejo en este caso es que pienses cuál es tu objetivo. ¿Para qué quieres organizar una charla? ¿Dónde? Son dos preguntas fundamentales que debes hacerte al inicio y una vez las respondas ponerte en marcha.
2.¿Cuál es tu público?
¿Para qué tipo de usuarios vas a impartir tu presentación? Lo ideal es que pienses en esto porque tienes que adaptar tu lenguaje y la forma de comunicar a ese tipo de público. No es lo mismo hablar para estudiantes universitarios que para niños. Si consigues determinar cuál es el público interesado, transmitirás mejor el mensaje que quieres.
3. ¿Cuál es tu tema estrella?
Tienes dos opciones: puedes proponer un tema si te diriges a una organización en concreto o bien que te llamen para impartir una charla de una temática determinada. En ambos casos debes trabajar cada detalle para inspirar a los demás. Si eliges tu el tema, intenta ser original. Deja tu sello más personal en tu exposición.
Si, por el contrario, te lo solicitan, aunque te hagan acotaciones determinadas, intenta que te dejen espacio para introducir algunas ideas originales y propias.
4. Cómo organizar el contenido de la charla.
Es muy importante tener en cuenta tres aspectos para crear tu contenido.
- Apertura.
- Cuerpo.
- Conclusiones.
En la apertura comentarás de manera breve de que tratará tu charla, es una forma de poder enganchar a los asistentes si comienzas con una entrada interesante y concreta, señalando por donde irán las ideas que pondrás de manifiesto. A continuación, en el cuerpo es donde vas a desarrollar la charla como tal, vas a plantear lo más importante que es el tema principal. Sus ideas, motivos, problemas, soluciones, todo ello lo expondrás en esta parte.
Por último, las conclusiones. Lo importante es durante la charla fomentar un interés y unas expectativas. En la etapa de las conclusiones debes dejar bien zanjado el tema o al menos enganchar a tu público si decides dejarles con algún tipo de suspense.
5. Tiempo.
Ya sabes el tema, la organización del contenido y el objetivo por el que darás la charla. ¿Y el tiempo? Comentaba en el punto anterior la posibilidad de ofrecernos para dar una charla o que nos lo pidan. En ambos casos probablemente nos indicarán el tiempo que tenemos para exponer nuestro tema. Hay que fijar nuestro contenido al tiempo que tenemos y organizarnos en función de él.
Debemos tener en cuenta la velocidad de nuestras palabras, el contenido que queremos mostrar, puesto que no debería ser densa y aburrida, separar muy bien su estructura y no dejar nada en el tintero, por lo que una recomendación es pulsómetro en mano, ir ensayando antes de nuestra exposición real.
6. Cuida tu lenguaje corporal.
Tan importante es el lenguaje que vas a emplear para exponer tu tema, como el lenguaje corporal que utilizarás para ello. Mi consejo es que ensayes previamente frente al espejo o con algún pequeño grupo antes de la presentación. Vigila como mueves tus manos, como modulas tu voz para hablar en público, como son tus movimientos, rápidos o lentos.
Si estás hablando de un tema triste o emotivo, no puedes emplear actitudes de alegría o esperanza. Tu lenguaje corporal debe ir en consonancia con tu tema y tu expresión.
7. ¿Necesitas utilizar un soporte?
Este tipo de materiales son útiles si pretendemos añadir algún tipo de información extra durante la charla o como guía para los asistentes. Si es tu caso y decides utilizarlo, debes hacerlo de manera sencilla y creativa. No recargues mucho las diapositivas, utiliza la creatividad. Asocia imágenes a los textos que se queden en la mente de los asistentes. Puedes utilizar programas de presentaciones como Prezi y Powerpoint.
¿Qué más cosas se te ocurren que debemos tener en cuenta para organizar una charla? ¿Has realizado alguna? Cuéntame tu experiencia y comparte el artículo si te ha gustado 😉